28/03/08 | Rostro en el suelo

La mujer..., por una mujer.

El título no es un trabalenguas ni una adivinanza. Un rostro de mujer, o más bien de la mujer, resalta insistente, obsesivo, desde las pinturas de la zaragozana Pilar Bamba. Este rostro repetido, dibujado con trazos negros, precisos, transmite diferentes estados de ánimo, distintas personalidades de un mismo sujeto que, sin embargo, trasciende desde el retrato (¿o autorretrato?) hasta una categoría que linda con lo universal gracias a la paleta de la pintora.

Así, los colores se mezclan en las pinturas de Bamba descubriendo en la fisonomía de esta cara simbólica, mediante la gama de tonos y la complementariedad usada (el rojo y amarillo, en Lola; rojo y ocre claro, en Mujer de rojo en Tossa; rojo y sombra tostada y verde, en Con los ojos cerrados...), sensaciones de gozo de vivir o angustia, o visiones de lo telúrico como en Green Venus (en este caso con el verde, los grises y los ocres) en donde el rostro parece emerger de la tierra, del musgo y el barro, colores que envuelven, como si de un aura se tratara, un semblante tan parecido, ...pero tan diferente a la vez.

Decíamos que el título de esta presentación no es un acertijo, quiere definir el lazo creativo que une la muestra que con satisfacción os presentamos: Pilar Bamba, una mujer que pinta a la mujer.


Carmen López León
Pedro M. Martínez
Margen Cero - septiembre 2002

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